Esta iniciativa permite favorecer procesos educativos de autorregulación para el mejoramiento del clima y organización del aula para la sana convivencia escolar. El presente curso tendrá un enfoque teórico y práctico por el cual su principal foco de desarrollo metodológico será la aproximación práctica de técnicas en Mindfulness. A continuación podrá reconocer cual es el marco conceptual del presente curso:

Introducción

La herramienta de autorregulación científicamente validada se llama Mindfulness, y corresponde a un conjunto de técnicas provenientes principalmente desde la tradición oriental y del enfoque gestáltico, donde se busca entrenar una actitud de atención al momento presente tanto en relación con el propio cuerpo, la respiración y otras señales propioceptivas, así como con el mundo que nos rodea, ello de una manera directa, no conceptual y apreciativa. Así, los estudios desarrollados a través de técnicas como la resonancia magnética funcional y la electroencefalografía, entre otras, han aportado evidencia neurocientífica que confirma que la práctica sistemática de Mindfulness y su uso aplicado a contextos genera múltiples beneficios, los cuales se manifiestan tanto a nivel neurobiológico como conductual, favoreciendo el bienestar general y una adecuada calidad de vida.

Su aplicación desde etapas tempranas evidencia una significativa correlación con el desarrollo de la autorregulación, de las funciones ejecutivas y un mejor manejo conductual en niños/as y adolescentes.

Beneficios: Nivel Psicológico:

•  Desarrollo de las competencias de “descentramiento” la que corresponde a la capacidad para observar pensamientos, emociones y sensaciones corporales tanto negativas como positivas sin dejarse llevar por las reacciones automáticas que estas gatillan. Esta habilidad abre la posibilidad de ampliar el repertorio conductual explorando abordajes alternativos a las situaciones cotidianas y por lo tanto, de relacionarse con la experiencia de una manera nueva y más sana, trascendiendo condicionamientos muchas veces disfuncionales permitiendo así romper círculos viciosos que perpetuán el stress.
•  Validación y aceptación de la propia experiencia, lo que facilita la detección temprana de señales físicas, emocionales y mentales relevantes a la hora de prevenir situaciones conflictivas o potencialmente “peligrosas” (ej.: síntomas físicos de stress incipiente).
•  Desarrollo de la capacidad de autorregulación emocional. La autorregulación (Bandura 1986; Mischel 1990 en Oldham, Skodol & Bender 2007) se define como el proceso mediante el cual los seres humanos establecemos metas, objetivos y sub-objetivos y evaluamos nuestro comportamiento propio en función de los objetivos que nos hemos trazado, en un contexto de retroalimentación constante.
•  Manejo del estrés: En relación al stress, podríamos decir que la capacidad de autorregular las emociones se va debilitando debido al desgaste generalizado que se va produciendo en el organismo a lo largo del tiempo, por lo que eventos que antes eran inocuos para la persona, pueden gatillar reacciones emocionales desmedidas. La práctica del mindfulness podría aportar en el manejo del stress en tanto permitiría al individuo responder ante los eventos estresantes de una manera más ajustada tanto para él como para su entorno.
•  Disminución de la tendencia a la “Rumiación mental”. Se ha demostrado que esta tendencia a “quedarse pegado” en pensamientos negativos, es una causa de recaídas en la depresión (Segal, Teasdale y Williams, 2006). Esta tendencia, también observada en estados de ansiedad y stress, incrementa los niveles malestar aumentando la vulnerabilidad de la persona a cronificar respuestas disfuncionales ante situaciones o gatillantes cada vez más inocuos. Mediante la práctica de la atención plena el “canal” de la conciencia se entrena para ser “llenado” con datos provenientes del momento presente, inhabilitando el circulo vicioso de la rumiación lo que ha demostrado tener un efecto positivo en la disminución de patrones automáticos vinculados a la depresión, ansiedad y stress.
•  Finalmente, en trabajos desarrollados por Sara Lazar y col. (2005) trabajó y demostró la existencia de cambios estructurales en el cerebro con la práctica de la meditación. Estudió los cerebros de 20 voluntarios occidentales que poseían una amplia experiencia (unos 9 años de promedio) en Insight Meditation. El resultado más destacado es que en ciertas zonas del cerebro de los meditadores existía un grosor mayor de la corteza cerebral (comparado con los sujetos del grupo control) las zonas ampliadas fueron la ínsula del hemisferio derecho (asociada a la actividad interoceptiva y a la consciencia de la respiración) y la corteza prefrontal también derecha (áreas 9 y 10 de Brodmann) que se asocian claramente a la atención sostenida. Según Simón (1997) Este trabajo de Lazar y cols. Demuestran que la experiencia de mindfulness, no sólo provoca cambios funcionales transitorios, sino que también deja huellas estructurales en el cerebro. Lo que significa que, si la experiencia es suficientemente prolongada, produce cambios de rasgos y no meramente de estado.